“Es en los momentos de decisión cuando se forma tu destino”.
Tony Robbins
¿DE QUE COLOR PINTAS TU TOMA DE DECISIONES?
En muchas ocasiones nos encontramos en situaciones en las que tenemos que tomar decisiones.
En función de nuestro rol o actividad profesional estas afectan a distintas áreas y personas. Multitud de decisiones, sobre nuestro negocio, nuestros productos, nuestros equipos, nuestra carrera….
Una vida está llena de decisiones, de caminos tomados en un determinado momento y que van dibujando nuestra trayectoria como profesionales, que nos forman y nos curten para en definitiva, seguir creciendo y ser mejores.
Lo que suele ocurrir es que casi siempre las “pintamos de colores”.
¿Qué quiero decir?
Que de forma automática e inconsciente las acompañamos de un adjetivo calificativo que las acompaña y las barnizamos de ese adjetivo para que nuestros ojos las vean con ese color. Y desde ese momento ya estamos condicionando nuestro proceso de decisión, nuestro disfrute del camino y en muchas ocasiones los resultados del propio proceso de decisión.
No nos damos cuenta lo importante que son las palabras con las que acompañamos nuestros actos, y menos que esos colores con los que decidimos barnizar nuestro proceso de decisión están arraigadas en lo más profundo de nuestras creencias, siendo estas quienes actúan como “decoradoras” de nuestra vivencia.
Después viene todo lo demás….
Vamos con algunos ejemplos:
– Tengo que tomar una decisión DIFICIL: ¿Qué podemos esperar cuando tildamos de difícil una decisión? Pues dificultad. Dificultad en su proceso, remordimientos, dudas. Dificultad en su aplicación. Dificultad en nuestros pensamientos. Dificultad en la transmisión de la misma y en sus resultados.
– Está siendo una decisión COMPLEJA: Evidentemente llegarán complicaciones, numerosas interactuaciones de puntos a analizar, y resultarán procesos enredados y evidentemente complejos.
– Es una ARRIESGADA decisión: aquí llegará el miedo como principal actor, acompañará el proceso, y probablemente con el riesgo como adjetivo, llegarán las dudas, el stress y los pasos en falso.
– Hemos tomado la TRISTE decisión: Una decisión triste trae tristeza a los que la toman y a los que la reciben, a los que la escuchan.
¿ Por que hacemos esto?
Detrás de esta costumbre de pintar nuestras decisiones se encuentran varios hábitos cuyo conocimiento te puede ayudar a pintar de otro color tus decisiones con solo ser consciente de ellos y elegir otros términos en el proceso:
– Necesidad de juicio. Vivimos constantemente calificando las cosas. Como me gusta decir somos “juicios con patas”. Tendemos a valorar dentro de nuestra escala de creencias todas las decisiones que tomamos en nuestra vida. Intentamos ubicarlas con el objeto de justificarlas y que esta ubicación nos reafirme y nos de seguridad. BUSCAMOS SEGURIDAD.
– Deseo de control. Tendemos a pensar que otorgando esos calificativos, los mismos nos van a proporcionar herramientas para que las decisiones generaren consecuencias conocidas y previsibles, en definitiva son PALABRAS MAGICAS QUE ASEGURAN EL RESULTADO DESEADO
Y ahora me pregunto:
¿Por qué no elegimos colores más alegres para pintar nuestras decisiones?
Observa tus palabras y cámbialas por otras:
– DECISION APASIONANTE
– DECISION INOLVIDABLE
– DECISION IMPACTANTE
– DECISION BONITA
– DECISION ENTRAÑABLE
– DECISION RESPETUOSA
Y así hasta el infinito….
¿Qué te va a proporcionar esta nueva pintura?
– Un acercamiento al proceso desde el reto, desde la expansión, desde el crecimiento, y consecuentemente una vivencia muchos más gratificante de la misma.
– Te va a aportar una visión más positiva y eso te va a ayudar a tomar decisiones más feliz y más libre.
– Te vas a sentir con más capacidades para afrontar el proceso, con más habilidades para atender imprevistos, vas a desarrollar una autoimagen más capaz y desde esa posición vas actuar más seguro de ti mismo.
Así que ya los sabes….pinta de colores alegres y bonitos tus decisiones…todo cambia…
PD. Ahhh!! Deja tus comentarios y si te ha inspirado compártelo en tus redes!!!
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